Thursday, August 12, 2021

Introducción a parte IV de Mitopoética: Numen

     La presentación que he hecho hasta aquí de las construcciones simbólicas de la identidad humana llevadas a cabo a lo largo de los tiempos, ha seguido en la medida de lo posible una interpretación evolucionista. A partir de la riqueza de nuestro turbulento pasado, he intentado desarrollar una psicología humanista que sobre el suelo de la antropología filosófica sigue la creciente complejificación de nuestros símbolos y narraciones de identidad. Partiendo de las actividades económicas de supervivencia, el humano ha desarrollado unos complejos y fascinantes edificios simbólicos que determinan nuestra identidad y la del cosmos. Al intentar no dar interpretaciones transcendentalistas he intentado no empezar a construir el edificio por el tejado, pero también, no fundamentar nuestra comprensión del cosmos en construcciones imaginales que aunque tienen su origen en genuinas tendencias psicológicas profundas, acumulan un largo sedimento de errores y fantasmas que pueden hacer más daño que beneficio a la inclusión de nuestra humanidad más básica que hunde sus raíces en formas más simples de Vida-Inteligencia.

Lo que ha quedado fuera de la Mitopoética hasta ahora exige su presencia por dos motivos. Por un lado, al ser nuestras acciones míticas acciones plenamente liminales que escapan a nuestros bienintencionados intentos de hacerlas liminoides, se hace necesario el hacer un honesto intento de decir algo acerca de la Terra Ignota que que queda al otro lado de los mojones y términos autoimpuestos por los propósitos señalados. Corresponde mirar ahora bajo el velo de Isis más allá de los ejes mítico-rituales. Se trata de entrar decididamente en el terreno del Numen, de lo que es radicalmente Otro en relación a la Vida-Inteligencia como ha sido tratada de la forma pedestre y económica, añadiendo a la perspectiva social básica de las otras tres partes, una perspectiva psicológica profunda de la identidad más oculta del ser humano. La Transcendentale Schein y las antinomias epistemológicas marcan una frontera fascinante que da paso hacia no-lugares y paisajes imaginales que parecen funcionar con principios cognitivos distintos. Si entendemos estas ilusiones como limitaciones del sistema epistemológico desarrollado, se impone la necesidad de definir un nuevo sistema supraracional y supraemocional. Ello implicará la pérdida del anclaje con el eje mítico-ritual del presente en el Mundo Occidental y gran parte de Asia: un plano mítico mixto de los ejes mítico-rituales de la Ley Humana y la Ley Universal, como ya discutimos en su momento. Lo que “supraracional” y “supraemocional” quiera decir, irá quedando claro con la exposición de esta parte del libro. Se trataría de la construcción de narraciones de identidad primitivas, narraciones metafísicas, que incorporen el componente numinoso de nuestra identidad como núcleo aglutinador de identidad sobre la que desarrollar las acciones económicas que correspondan a esa identidad profunda. Nuestra identidad parece esconder promesas de amplitud existencial ilimitada y es el momento de revertir el orden que hemos seguido hasta aquí para construir nuestros mitos. Hasta aquí, con las limitaciones inherentes a una identidad primitiva, las acciones económicas determinaban las consiguientes acciones interpretativas metafísicas de identidad, las que hemos llamado “narraciones primitivas”. Sin embargo, hoy nos arde el pelo con el cambio climático y los desastres ecológicos que ha propiciado la racionalidad instrumental de los ejes mítico-rituales de la Ley Humana. La urgencia es demoledora y crea una situación muy complicada: necesitamos producir un cambio humano a gran escala sin que ello lleve emparejado un "Apocalipsis" de la especie.

Por otro lado, lo que he dejado fuera de la Mitopoética, el componente numinoso profundo de la existencia, tratado y entendido desde sus propios supuestos, y no como una mera charla antropológica académica, viene a buscarme en este momento de mi vida con una intensidad sobrecogedora y persistente: la aventura supone un giro de enfoque afín al giro psicológico necesario para un tratamiento del Numen Humano. Las estructuras académicas, vinculadas a los ejes mítico-rituales de las sociedades en las que prosperan, no pueden dar pasos en las direcciones que ahora son necesarias. La Nueva Religión, la ciencia tećnica, impide el paso a cualquier herejía, y herejía es el intento de desarrollar un saber supraracional y supraemocional (llamémoslo supramental para abreviar, aunque habrá que matizar mucho estos conceptos). 

No obstante, este camino no es una senda trazada en el vacío. El estudio del Numen ha sido recorrido en parte por la Filosofía Perenne, si bien muchas veces, su necesario secretismo (mera estrategia de supervivencia en eras oscuras, aunque con transfondos más complejos de los que ahora podemos detallar) y los peligrosos métodos que se adentran donde la razón sólo ve su propia oscuridad han hecho de toda la ciencia del Numen Humano un galimatías en manos de charlatanes y esquizofrénicos. La ciencia del Numen Humano, la ciencia de la Vida-Inteligencia, tendrá que ser anclada en el mundo de nuestra experiencia vital, pero no en la expereincia vital como la que nos ha traido hasta este desastre, sino en una “Vita Nuova”, usando la expresión de Dante, una vida inmanente y cósmica anclada en la profundidad de su Misterio Transcendental.

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